El término sacroileitis se usa para definir cualquier inflamación de una o ambas de las articulación sacroiliacas.
La artículación sacroiliaca se encarga de la uníon del hueso sacro (un hueso triangular en la base de tu columna vertebral) con la pelvis (con el hueso ilion que es parte de la artculación de la cintura). Esta articulación se encuentra ubicada a ambos lados del sacro, es decir, en la parte inferior de la columna vertebral en donde se conecta el hueso iliaco con la cadera.
La sacroileitis se puede presentar a raíz de la aparición de la artritis, de la colitis ulcerativa y de la enfermedad de Crohn.
Diferencia entre sacroieitis y disfunción de la articulación sacroiliaca
Las dos patologías son causas de dolor en la artículación sacroiliaca, dolor de la espalda baja y dolor de pierna.
Sacroileítis. Por su terminación “itis” significa inflamación, es este caso inflamación de la artículación sacroiliaca. Puede ser causada o no por una disfunción de la articulación sacroiliaca.
Disfunción sacroiliaca. Este tipo de patología es el dolor en la región de la articulación sacroiliaca que es cuasada por movimientos anormales en la articulaicón sacroiliaca, puede ser por poco movimiento o mucho movimiento. En la mayoría de los casos, pero no en todos, acaba en inflamación de la articulación sacroiliaca llamada sacroilitis.
Síntomas de la Sacroileitis:
Los síntomas más comunes que se presentan bajo esta condición son los siguientes:
- Fiebre
- Dolor en la parte baja de la espalda, en las piernas, en las caderas y en los músculos de los glúteos y los muslos.
- Por lo general, el dolor se hace mucho más agudo al permanecer sentado por un tiempo prolongado y cuando se dan vueltas en la cama aumenta.
- Rigidez en las caderas y la espalda baja, por lo general este síntoma se presenta después de haber estado mucho tiempo acostado o sentado.
Causas de la Sacroileitis
Son muchas las posibles causas para que se presente la sacroileitis, las que verás a continuación son las más comunes:
- Enfermedades que tienen relación con la espondilitis anquilosante, la artritis de la columna vetebral, la psoriasis, el lupus y otras condiciones reumatológicas en la columna vertebral, cualquier espondiloartropatía (significa enfermedad de las articulaciones de la columna vertebral).
- Otra de las causas más comunes de la sacroileitis, es la artritis degenerativa u osteoartritis localizada en la parte de la columna vertebral. Cuando esto pasa, empiezan a deteriorarse las articulaciones del sacro y toda la zona se inflama causando mucho dolor.
- Los traumas o golpes en la región baja de la espalda, en la cadera o en los glúteos, también pueden provocar la sacroileitis, en especial cuando estos golpes se dan en condiciones como caídas severas o accidentes automovilísticos.
- En las mujeres puede presentarse esta enfermedad como consecuencia del embarazo o del parto debido a los cambios y la presión a la que se someten las articulaciones sacroiliacas.
- Otra posibilidad que provoca que se desarrolle esta afección, son las infecciones en las articulaciones del sacro.
- La osteomielitis (infección de la columna vertebral que se esparce por las venas y provoca dolor e inflamación), es una de las razones por las que puede presentarse la sacroileitis.
- Infecciones en las vías urinarias
- Endocarditis
- Uso y abuso de drogas intravenosas
Opciones de tratamiento para la sacroileitis
Las acciones que se van a tomar en el tratamiento de la sacroileitis, dependen directamente del grado de daño de la articulación y de la agudeza de los síntomas que padece el paciente. Existen varios tipos de tratamiento para lidiar con esta afección:
Tratamientos no quirúrgicos:
Cuando la enfermedad se encuentra en sus primeras fases, es posible tratar la sacroileitis utilizando uno o más tratamientos que no tienen que ver la cirugía. Si se detectan a tiempo los síntomas, no es necesario recurrir a este tipo de procedimientos.
Descanso:
Una de las primeras medidas que deben considerarse, es detener temporalmente las actividades que pueden empeorar esta condición, tales como los trabajos pesados y otras ocupaciones en las que se debe permanecer mucho tiempo en la misma posición. Esto ayudará a ir reduciendo la inflamación paulatinamente.
Tratamientos de calor y frío:
Cuando se inflama alguna parte del cuerpo, se puede acudir al uso de terapias de calor y frío que ayudan a aliviar el dolor y reducir la inflamación simultáneamente. El frío ayuda que la articulación retome su tamaño normal y desaparezca la hinchazón y el calor mejora la circulación de la sangre y hace que los nutrientes que posibilitan la sanación lleguen a la zona afectada.
Cuida tu posición al dormir:
Otra de las claves para tratar la sacroileitis, es mejorar la postura que tenemos al momento de dormir. Si notas que el dolor es peor cuando te levantas o cuando estás acostado, intenta moverte a una posición en la que te sientas más cómodo. Por lo general el alivio se siente cuando se duerme de lado con una almohada entre las piernas para mantener las caderas bien alineadas.
Medicamentos:
Entre la medicación que normalmente se toma para la sacroileitis, encontramos sustancias de que pueden adquirir sin fórmula médica, tales como el acetaminofén y algunos otros medicamentos que combaten la inflamación, por ejemplo el ibuprofeno. En algunos casos será necesario acudir al médico para que recete otros medicamentos más fuertes para aliviar el dolor como el tramadol o los relajantes musculares que reducen el dolor y los espasmos en los músculos que circundan la articulación.
Inyecciones en la articulación sacroiliaca:
Cuando el dolor es demasiado fuerte, se pueden obtener inyecciones que se aplican directamente en la articulación. Antes de acudir a ellas, el paciente debe estar completamente seguro de la región del cuerpo en donde se aplica el medicamento.
No se puede simplemente inyectar en cualquier parte, para hacerlo se necesita un procedimiento similar al de los rayos X para verificar que la sustancia sea aplicada en el lugar correcto.
Por lo general, estas sustancias que se inyectan están compuestas por un anestésico y un medicamento que disminuye la inflamación.
Estas inyecciones, por lo general, se reciben 3 o 4 veces durante el año y después de usarlas se debe realizar un tratamiento de terapia física que ayuda a normalizar el rango de movimiento en las articulaciones.
Ejercicios para la sacroileitis:
Otra de las alternativas en el tratamiento de esta condición, es realizar una rutina física diseñada por un profesional y que incluya ejercicios de estiramiento y aeróbicos que no impliquen movimientos de alto impacto.
En este punto, es fundamental que el tratamiento sea practicado por un profesional en el área para que el daño de la articulación no empeore.
Ver también:
Tratamiento quirúrgico
La última opción cuando se presenta la sacroileitis, es la cirugía. No se recomienda acudir a ella como una primera opción.
Cuando el dolor es insoportable, tanto que limita las actividades normales, y ninguno de los tratamientos anteriormente mencionados funciona, el paciente puede requerir una intervención quirúrgica.
Antes de elegir cualquier tratamiento para la sacroileitis, es recomendable acudir a un profesional de la salud que recomiende la mejor alternativa para cada caso, además, si es necesario formular medicamentos, debe existir una prescripción hecha por un profesional.
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