Una hernia de disco es un trastorno que puede causar un gran dolor y que puede restringir temporalmente los movimientos normales. Sin embargo, en una gran mayoría de los casos el curso natural del proceso tiende a la completa recuperación del paciente. Los síntomas de la hernia discal se van dando cuando el dolor es cada vez más agudo y para la persona que lo sufre se convierte en una punzada continua y muy desagradable.
¿Cuáles son los síntomas de la hernia discal?
Los síntomas de la hernia discal a primera vista, pueden resultar muy corrientes, ya que si nos paramos a pensar, vemos que estos mismos síntomas se pueden dar en algunas otras muchas molestias de espalda que por cierto, son más leves. No obstante a continuación, pasamos a citar los verdaderos síntomas de una hernia discal:
- Dolor agudo
- Calambres
- Falta de equilibrio
- Contracturas musculares
- Pérdida de sensibilidad
- Hormigueo discontinuo
Como vemos, son corrientes los síntomas de una hernia de disco por ello, siempre que tengamos un dolor fuerte de espalda y, aún con los ejercicios recomendados no se mejore, debe acudir al médico para que diagnostique cual es la raíz del problema.
¿Cómo diferencio los síntomas de la hernia discal?
Cuando la protrusión del disco presiona en una raíz nerviosa, comienzan los síntomas en la espalda y en el área que dicha raíz nerviosa inerva; en la parte inferior de la espalda el dolor se irradia hacia las piernas.
Los síntomas de la hernia discal en la espalda pueden incluir severo dolor, que el paciente puede localizar de un modo muy seguro. El paciente puede desarrollar espasmos musculares dolorosos que hacen que este síntoma se diferencie notablemente de cualquier otro mas leve.
El paciente notará un incremento de su dolor cuando mueve la columna vertebral y notará alivio cuando descansa tumbado. La tos y el estornudo pueden favorecer la protrusión del material del disco de modo abrupto, originando un dolor agudo en la espalda y en las piernas. Además, puede presentarse una curvatura anormal de la columna vertebral, ya que el paciente inconscientemente se inclina hacia el lado contrario al lado de la protrusión del disco para intentar disminuir la presión sobre las raíces nerviosas afectadas.
Si la presión sobre la raíz nerviosa no es demasiado grave, el nervio continuará funcionando sin dolor. El cerebro no puede discernir si la presión procede del área del disco, y sin embargo, interpreta la información como un dolor que se origina en el extremo del nervio. En una protrusión de un disco de la parte inferior de la espalda puede afectarse el nervio ciático y en consecuencia irradiarse el dolor al muslo, pantorrilla, tobillo o pie; este dolor es lo que se denomina ciática.
Una presión más severa en la raíz nerviosa puede originar que el nervio deje de funcionar totalmente. Las áreas de la piel a la que este nervio llega quedarán insensibles, de modo que no podrán sentirse sensaciones dolorosas. Los músculos a los que llega el nervio afectado se debilitarán completamente. Los reflejos, tales como el reflejo rotuliano, pueden desaparecer.
Es importante que cuando tengamos algún síntoma de hernia de disco, acudamos al médico cuanto antes, ya que solo él será capaz de hacer el mejor tratamiento y contar exactamente qué es lo que le pasa.
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