Hablamos de los dolores de espalda y cuello porque un gran porcentaje de la población mundial los padece, en especial la población de los países industrializados debido a diversos motivos desde los más comunes a los más específicos.
Si estás padeciendo dolores de espalda y cuello puede deberse a una mala postura. Si trabajas la mayor parte del día frente a un ordenador mantienes los músculos del cuello y de la espalda contraídos con un consecuente aumento del tono muscular y de la presión que se ejerce dentro del músculo, lo cual provoca dolor con una mayor contractura muscular.
Al atravesar una situación estresante padeces de tensión emocional o tensión nerviosa, los músculos del cuello y de la espalda se tensan, se mantienen contraídos sin poder relajarse provocando un aumento de la presión de los nervios y de las estructuras musculares del cuello y de la espalda.
El rango de edad también tiene que ver, ya que si te encuentras dentro de los 30 y 40 años, pues la edad es una de las causas del dolor de espalda.
Si eres una persona sedentaria que no practica ningún tipo de ejercicio físico con regularidad, tu estado físico no responderá a minimizar los efectos de la edad.
Del mismo modo si padeces de sobrepeso, estarás ejerciendo una sobrecarga tanto a los músculos de la espalda y del cuello con un consecuente dolor.
También puede deberse a un factor genético como una espondilitis anquilosante, una enfermedad hereditaria que afecta a la columna vertebral.
Así como es recomendable que te mantengas en actividad, ciertas actividades físicas que te sobre exigen como el levantamiento de peso, carreras pedestres o el esquí entre otros no te ayudan a aliviar esos dolores, por el contrario los pueden provocar, lo cual no significa que no se deban practicar sino que al practicarlos debes mantener una buena posición de la espalda.
Si eres fumador o fumadora aumentas el riesgo, ya que la sangre no fluye normalmente a los discos de la columna vertebral, padecerás tos del fumador con su consecuente dolor de espalda.
Asimismo el dolor puede ser agudo o crónico. En el caso del primero puede llegar a extenderse durante un mes y medio, pues se trata de un dolor que se relaciona con una sobre exigencia al levantar un objeto pesado o a una lesión por accidente mientras que el crónico llega a extenderse por 90 días.
Tanto para la prevención del dolor de cuello como para el dolor de espalda es necesario que comiences con la práctica de ejercicio físico moderado con el objetivo de generar un fortalecimiento de la masa muscular.
Mantenerte en un peso corporal saludable e ideal con una dieta equilibrada y sana.
Corrige la postura al sentarte y al pararte.
Muchas veces es necesario levantar objetos pesados, para lo cual debes flexionar las rodillas manteniendo la espalda recta al levantar el objeto.
Si hablamos de tratamiento para ambas dolencias, por lo general considerando las causas más comunes se indican medicamentos antiinflamatorios.
Sin embargo si el dolor se torna crónico es posible recurrir a otras terapias como la acupuntura. Se trata de una técnica a partir de la colocación de agujas en puntos estratégicos del cuerpo con el objetivo de calmar el dolor.
Aunque no resulta tan eficaz, otra opción es la estimulación eléctrica transcutánea. Las pulsaciones eléctricas llegan a los nervios. Al tratarse de pulsaciones eléctricas leves no causa dolor, por el contrario lo alivia.
Mediante la acupresión como la acupuntura también pertenece a la medicina china. Se ejerce presión con los dedos sobre los puntos estratégicos realizando masajes con el objetivo de ejercer una estimulación sobre la circulación y flujo del Chi o energía de vida.
En un caso leve de dolor de cuello será suficiente la ingesta de un relajante muscular y un antiinflamatorio, pero en casos severos será necesaria la indicación de cortisona.
Específicamente para evitar que el dolor regrese una vez que pasa el efecto de la medicación, la fisioterapia es el tratamiento más eficaz para calmar los dolores de espalda y cuello.
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